miércoles, 27 de enero de 2016

Contra los mundos posibles.

[Esta es mi respuesta a una pregunta de ask de Eric Pezoa sobre cómo se pueden criticar versiones no metafísicas (por ejemplo ficcionalistas o actualistas) de la tesis de aplicabilidad de la lógica de los mundos posibles a la realidad. La escribo acá y no en el Ask ( https://ask.fm/filociencia ) por cuestiones de espacio.]

La lógica modal es un tipo de lógica que, en el dominio de los constructos, es tan “válida” como cualquier otro sistema lógico. El problema surge cuando se la intenta aplicar a cuestiones filosóficas, lo que podríamos bien llamar “filosofía modal” (metafísica modal, semántica modal, epistemología modal etc.). La filosofía modal ha sido practicada con entusiasmo por una gran parte de los filósofos analíticos, mientras que ha sido ignorada por una minoría analítica que si bien no la aplica, no se esfuerza en criticar su aplicabilidad a la realidad. Ahora bien: es posible construir una lógica de la posibilidad sin hablar en términos de mundos posibles. Sin embargo, las corrientes analíticas que describo aplican mayormente versiones de lógica modal donde se habla en términos de mundos posibles (y es esto lo que Bunge critica). De todas formas, la aplicabilidad de la lógica de los mundos posibles al mundo real es algo muy cuestionable, incluso si se asume un ficcionalismo o actualismo con respecto a los mundos posibles. Esto es por tres razones en particular:


1.
La concebibilidad de una opción no implica su posibilidad, ya que si algo es concebible o no, depende del estado actual del conocimiento: antes que se supiera que la gravitación es la curvatura del espaciotiempo tal como es descrita por la Relatividad General, era perfectamente concebible que cierta región del espaciotiempo tuviera gravedad no nula aunque no hubiera curvatura alguna. Pero esto no era ni siquiera posible: la gravitación tiene relación de identidad necesaria con la curvatura del espaciotiempo, por lo que es imposible que haya un mundo posible en el cual haya gravitación pero no curvatura espaciotemporal (aunque sí puede haber algo que los habitantes de ese mundo posible llamen gravitación, pero no sean lo mismo que lo que nosotros llamamos gravitación). Por lo que se deduce que si una situación es concebible, eso no implica que sea posible.
Pero entonces, ¿qué otra forma hay de saber si algo es posible? No con la interacción, porque incluso si existieran más mundos posibles, éstos no estarían causalmente conectados al nuestro. Por lo tanto la filosofía de los mundos posibles nos condena al escepticismo modal radical, es decir, a la postura según la cual es imposible saber algo sobre la mera posibilidad. Aparte de que esto es falso empíricamente (yo sé que es posible que Andrómeda colisione con la Vía Láctea), es problemático en otros dos sentidos: (i) implica la proposición “si la lógica de los mundos posibles es aplicable a la realidad [como sostienen los filósofos modales] entonces no es aplicable a la realidad”, la cual es evidentemente falsa excepto si aceptamos la tesis de que la lógica modal no es aplicable a la realidad (en otras palabras: “ ‘p → ~p’ → ~p” ). (ii) Examinemos la proposición “es imposible saber algo sobre la mera posibilidad”. Quien sostenga esto (en particular, todos los filósofos que intentan aplicar la lógica de los mundos posibles a la realidad) estará sosteniendo tácitamente que lo que acaba de decir es imposible conocerlo (en otras palabras estaría diciendo “p y no es posible saber que p”) lo que es bastante difícil de sostener.


2.
Imaginemos dos sillas bastante parecidas Z y W en el mundo real M. Es posible que Z igual a W. Y también es posible que W sea igual a Z. Si la lógica modal fuera aplicable al mundo real habría un mundo posible M2 en el cual Z es igual a W-en-M yn en el cual W es igual a Z-en-M. Entonces habría un contraparte de Z en M2 que sería igual (tanto en sus propiedades intrínsecas como en las propiedades relacionales) a W-en-M y viceversa. Por lo tanto, M y M2 pueden perfectamente ser idénticos físicamente, pero serían diferentes. Por lo tanto, la filosofía modal, en cuanto sostenedora de la pertinencia de la lógica de los mundos posibles al mundo real, es contraria al materialismo y por lo tanto anticientífica. Cualquier cientificista la tendría que rechazar, en consecuencia.


3.
O bien hay mundos posibles exactamente iguales en sus propiedades actuales pero con propiedades modales diferentes o bien no los hay. Si los hay, entonces nuevamente vemos una renuncia al cientificismo (por la razón delineada en “2.”) . Pero si no los hay, entonces todos los mundos posibles físicamente idénticos al mundo real tienen las mismas propiedades modales que el nuestro. En particular, no hay ningún mundo posible igual-al-nuestro-excepto-en-que-el-azúcar-no-es-soluble-en-agua. Sin embargo, es lógicamente posible (aunque no físicamente) que el azúcar sea insoluble en agua. Ergo, hay una disyunción tautológica (p V ~p) que es problemática para el filósofo modal.

Hay otros reparos más técnicos, pero estas son algunas ideas para empezar.

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