jueves, 1 de enero de 2015

El Problema del Cielo

He aquí una extensión del problema del mal. Lo llamo el problema del cielo.

Lo que suelen hacer los teólogos y apologéticos cuando se les hace pensar un poco sobre el Problema del Mal, es recurrir al libre albedrío.

Para los que no saben, el problema del Mal es algo así:
  1. Si Dios existe, entonces Dios es omnipotente, omnisciente y omnibenevolente.
  2. Un ser omnibenevolente querría evitar todo los males.
  3. Un ser omnisciente conoce todas las formas en que el mal puede originarse.
  4. Un ser omnipotente tiene el poder de prevenir que el mal se origine.
  5. Un ser que conoce cada forma en que el mal pueda originarse, es capaz de prevenir su existencia, y quiere hacerlo, prevendría la existencia del mal.
  6. Si existente un ser omnipotente, omnisciente y omnibenevolente, entonces la maldad no existe.
  7. El mal existe (contradicción lógica).
  8. Dios no existe.

Bueno, si el libre albedrío es la causa por la que dios permite el mal en el mundo... ¿qué hay del cielo?
La Biblia dice que hay libertad en el cielo, incluso para pecar (como lo hizo presuntamente Lucifer). Ahora, la Biblia dice que Lucifer y los otros ángeles caídos tuvieron que irse del cielo, a causa de sus pecados.
El teísta cristiano está entonces en una posición de jaque-mate; déjenme explicarles porqué.

¿Es uno libre en el cielo?
El teísta dirá que el cielo es un lugar bueno donde estar. Y dirá que la tierra no es tan buen lugar como el cielo porque hay mal en la tierra, mientras que en el cielo no. Ahora bien; el teísta había dicho que en la Tierra hay mal porque hay libre albedrío. Si en el cielo no hay mal, entonces... no hay libre albedrío, y por lo tanto... ¡no es un buen lugar para estar! Si el teísta dice que se puede estar bien sin libre albedrío, entonces Dios podría habernos creado en ese estado: un estado de bienestar sin libre albedrío y por lo tanto sin mal. Ahora el teísta podría decir... "hay libre albedrío en el cielo". Pero entonces habría la posibilidad de pecar, y no sería un lugar agradable. El teísta entonces podría decir "en el cielo hay libre albedrío de muchas otras cosas, pero no de hacer el mal". Entonces... ¿por qué no nos creó Dios en ese estado, de entrada? El teísta podría decir: para que hagamos el bien gracias a nosotros, no gracias a que Dios nos creó así. Pero si esto es algo a desear, no hay por qué pensar que no es algo para desear también en el cielo. Esto obliga al teista a abandonar la defensa del libre albedrío.

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