sábado, 16 de abril de 2016

Un problema moral del mal.

Una de los problemas más difíciles que debe confrontar el teismo es, desde luego, el problema del mal.
Sus dos versiones más conocidas son el problema lógico del mal y el problema evidencial del mal. La primera versión concluye que Dios no existe de forma deductiva, es decir, propone premisas plausibles de las cuales se sigue que no existe Dios (o por lo menos eso dicen sus defensores). Quien diga que Dios tiene una razón para permitir el mal y que esa razón es el libre albedrío, tendrá que hacer frente a dos problemas: el problema del mal natural (ej.: tsunamis, terremotos, etc.) que obviamente no son causados por un agente libre, y el problema de la libertad celestial, la cual discuto en "el problema del cielo" (ver http://philosophica20.blogspot.com/2015/01/el-problema-del-cielo_1.html ). Es posible, sin embargo, que el teista tome otro rumbo, menos frecuentado por cierto, pero existente al fin, y cree o defienda una teodicea que no se base en el libre albedrío, al menos no en la misma forma que la así llamada "defensa del libre albedrío" de Alvin Plantinga. Sin embargo, aquí surgen problemas epistémicos, como por ejemplo el desafío del Dios Maligno de Stephen Law (ver http://philosophica20.blogspot.com.ar/2015/01/el-desafio-del-dios-maligno-de-stephen.html ).
Hay, sin embargo, otra variedad de argumentos ateistas basados en la existencia del mal, que se conocen en la esfera filosófica bajo el nombre de "argumentos evidenciales del mal". Este argumento no propone una incompatibilidad lógica entre las proposiciones "existe Dios" y "existe el mal", sino que propone que la última proposición, al ser verdad, baja considerablemente la probabilidad de que la primera también lo sea. Es decir, la evidencia a favor menos la evidencia en contra (este resultado lo podríamos llamar "evidencia total") que posee la tesis teista se ve considerablemente disminuida, de acuerdo a este argumento, una vez que se acepta la existencia del mal, sobre todo el mal natural.
Esta vez, sin embargo, voy a introducir un tercer tipo de problema del mal, que considero un buen complemento a cualquiera sea la versión más sostenible, dentro de estas dos opciones que he delineado brevemente, del problema del mal.
Este es un argumento moral que se basa en la premisa de que terminar con el cáncer es algo bueno y deseable.
Acá va el argumento en forma deductiva.

(1) Acabar con el cáncer es algo bueno (proposición fundamental)
(2) Si existe un ser omnipotente, ese ser puede acabar con el cáncer (dado que acabar con el cáncer es lógicamente posible)
(3) Si existe un ser omnibenevolente, tal ser desea acabar con el el cáncer (de 1)
(4) Si existe Dios, existe un ser omnipotente y omnibenevolente (definición)
(5) Si existe Dios, existe un ser que quiere y puede acabar con el cáncer (de 2, 3, & 4)
(6) Si existe Dios y éste no tiene ninguna razón moral para no acabar con el cáncer que sea más fuerte de su deseo de acabar con el cáncer, entonces el cáncer no existe (de 5 & la definición de Dios como un ser perfecto)
(7) Existe el cáncer (hecho fáctico)
(8) Si existe Dios, Dios tiene una razón moral para no acabar con el cáncer más fuerte que su deseo de acabar con él (de 6 & 7)
(9) Si existe Dios, entonces existe una buena razón moral para no acabar con el cáncer (de 8 & la perfección moral de Dios)
(10) Si existe una buena razón para no acabar con el cáncer, entonces acabar con el cáncer no es deseable (por definición)
(11) Si existe Dios, entonces acabar con el cáncer no es deseable (de 9 & 10)
(12) Acabar con el cáncer es deseable (proposición fundamental)
(13) Dios no existe (de 11 & 12)

¿Y a ustedes? ¿Qué les parece?



por Michael Janou Glaeser.

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